Periodista Digital
Diogo y André Silva: despedida entre lágrimas, aplausos y ovación eterna

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Las campanas de la Iglesia Matriz de Gondomar sonaron con un eco que viajó por todo el mundo del deporte. Cientos de personas, familiares, hinchas, figuras de la Premier League, del planeta fútbol, convirtieron el recorrido fúnebre en un mar de camisetas rojas, velas encendidas, y teléfonos listos para capturar el momento más difícil del deporte en los últimos meses.
A un costado, dos coronas de flores del color red Liverpool, una con el mítico 20 y otra con el 30 anunciaban la llegada de Virgil van Dijk y Andy Robertson, capitanes improvisados de una procesión que mezclaba el dolor con la grandeza deportiva. El silencio solo fue roto por un aplauso largo, solemne, que incendió el corazón de todos los que lloran la partida de Diogo José Teixeira y André Silva. ¡Fuerza¡, gritó una mujer con voz quebrada.
Tributes around Anfield ❤️ pic.twitter.com/Uf0YHScTOt
Una misa con olor a Champions
Dentro del templo, oficiado por el obispo de Oporto, estaban Roberto Martínez, João Félix, Bruno Fernandes y Bernardo Silva; rivales entre semana, hermanos hoy. Rúben Neves, recién aterrizado desde el Mundial de Clubes, hizo de portador del féretro junto a João Cancelo, fundiendo lágrimas y abrazos. “Somos una familia de 90 minutos y tiempo extra”, susurró Martínez.
Afuera, la multitud seguía la ceremonia por altavoces: padres con niños que aprendieron a gritar “Jota” antes que “gol”, abuelos que vieron nacer la leyenda en el Gondomar, vecinos que todavía recuerdan su eterna sonrisa en la panadería del barrio. El ambiente era doloroso; se podía tocar la tristeza, pero también la gratitud.
Homenaje a Diogo Jota Crédito: Liverpool FC
Del césped al cielo
Diogo José Teixeira da Silva, conocido como Diogo Jota, el niño que respondía al apodo de “Jota” inició en el Paços de Ferreira, irrumpió en el Wolverhampton y conquistó Europa con el Liverpool de Anfield. Fue héroe de noches de Champions League, mismo torneo que ahora viste su nombre con una bandera negra. Fundó una academia en su Gondomar natal, convencido de que el talento también se cultiva en casa. Ese semillero, dicen sus excompañeros, seguirá adelante “porque así lo habría querido el míster”.
Homenajes en Anfield en honor a Diogo Jota y André Silva Crédito: Liverpool FC
Un minuto de silencio eterno
Cuando los ataúdes salieron rumbo al cementerio, el murmullo se hizo absoluto que no se apagó ni con el suspiro del viento. Solo un coro espontáneo, a capela, entonó la canción Nunca Caminarás Solo, “You’ll Never Walk Alone”. Van Dijk alzó la mirada al cielo, y en sus ojos empañados se leía un contrato no escrito: mantener vivo el legado de los hermanos.
A touching and much appreciated show of support from Everton, as they pay their respects to Diogo Jota and Andre Silva at Anfield this afternoon ❤️💙 pic.twitter.com/nzlH00gVeS
Liverpool rinde homenaje eterno a Diogo Jota: pagará su contrato y retirará el dorsal 20
El Liverpool ha demostrado que el respeto va más allá del campo de juego. Tras el trágico fallecimiento de Diogo Jota, el club inglés decidió pagar íntegramente los dos años restantes de su contrato a la familia del jugador, un gesto que habla de humanidad y compromiso. Pero el homenaje no termina ahí: los Reds anunciaron que retirarán el dorsal número 20, el mismo con el que Jota hizo historia y que ya nadie volverá a vestir en Anfield. Un tributo eterno a quien dejó una huella imborrable en el corazón del equipo inglés.
Liverpool retira el número 20 del club Crédito: Liverpool FC
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El fútbol se queda, la huella permanece
Portugal, la Premier y el planeta futbolístico no volverán a ser iguales. Pero entre la ceniza del dolor florece una certeza: cada vez que un niño se ponga la camiseta número 20, cada vez que un fan grite “¡Gol de Jota!” en un videojuego, cada vez que su academia forme a un soñador más, Diogo y André seguirán driblando defensas, rompiendo redes y regalando sonrisas, ahora desde otra grada.
André Silva y Diogo Jota, homenaje del Liverpool FC Crédito: Liverpool FC
Porque, como recuerda la placa recién colocada en el estadio municipal de Gondomar, “El fútbol es efímero; la pasión, eterna.” Y hoy esa pasión, late al compás de dos nombres que ya son leyenda.
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